7.29.2008

La Lluvia

Ella amaba la lluvia. Cada gota de agua le parecía tan maravillosamente simple y a la vez tan llena, tan perfectamente completa en su circular transparencia. Ese olor tan particular que tiene, tan difícil de poner en palabras, era lo único que la tranquilizaba, que callaba las risas burlonas que se repetían como un eco en su cabeza, incesantes, perpetuas. Cuando llovía, su mundo se detenía, para dar lugar al más maravilloso de los fenómenos. Decidió salir a caminar bajo el agua, y sentir las gotas acariciar su rostro y su alma. Caminó y caminó, en círculos por la oscura Barcelona, camuflándose en la oscuridad. Sintió que su vida era así, un círculo de risas y muertes y sangre, llena de callejones sin salida de los que ella no podía escapar. Pero en su centro, se encontraban la lluvia, la paz, la armonía.

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