El Espantapájaros 21

Que cuando fascinado por el fuego quisieras jugar con el, éste quemara y callara tu alma. Que al dejarte llevar por la ambición el sol derritiera tus alas cuando volaras demasiado cerca de el y que la lluvia deshiciera tus días soleados. Que al mirar a la luz que te diera esperanza ésta te cegara, y que cuando te sumergieras en el río te vieses bañado en lodo.

Que de tu boca salieran ratas cuando quisieras expresar tu felicidad a través de la melodía del canto; que al leer Shakespeare no oyeras la cadencia de sus versos y que al buscar una escapatoria y un alivio a tus problemas, no soñaras cuando durmieras.

Que todas las alegrías de tu vida fueran meramente una ilusión; que tus propios sentimientos de soledad encerraran tu alma en una celda de odio y que así perdieras la preciada libertad. Que la cura a tus problemas creara otra enfermedad, y que al tocar la rosa más bella y perfumada, te clavases sus espinas. Que quedaras desamparado y sin hogar y tuvieras que tomar un tren sin rumbo. Que la persona que más amaras te abandonara, y que no reconocieras al mounstro que te devolviera la mirada en el espejo. Que la culpa de tus irreversibles pecados te carcomiera. Que ninguna alegría ni consolación pudiera llenar el vacío que te dejara este poema.